por Miriam Durán para Ellas Dirigen
Con tintes cercanos al relato policiaco y a la novela negra latinoamericana, Dulce Alarido nos narra la historia de una bailarina exótica, que en la decadencia de su carrera comienza a ser acosada por un joven que trabaja recorriendo la Ciudad de México con un carro de camotes. La sencillez de la trama nos remite de manera casi inmediata con Laura Restrepo o Roberto Bolaño; más allá de la constante persecución hacia la bailarina, será el peculiar silbato (sonido característico de la urbe capitalina) lo que hará a nuestra protagonista sentirse seguida y vigilada a cada segundo de sus noches.
La historia logra ambientarse debido a sus guiños góticos, pues es evidente el influjo de los ambientes en decadencia sobre los protagonistas: el jóven del carro que fantasea en sus tiempos libres con mujeres mayores, el proxeneta que se pasea vestido de pachuco vigilando a su presa y una bailarina exótica que se encuentra en la misma decadencia reflejada por la escenografía. Todo transcurre en la oscuridad de la noche con luces que rozan en lo sepia y que juegan con los neones de las luces del burdel donde trabaja la bailarina. Vestuario y escenografía se encargan, de esta manera, de reconstruir un México que ya no existe, pero que es un referente constante para la novela negra latinoamericana y para el cine nacional.
Se trata de una narración sobrenatural de un México atemporal que recuerda al Salón México y al país que buscaba su identificación cultural a través del cine y del que tanto escribía Carlos Monsiváis. Un relato de luces neón, danzones, pachucos, muchachos enamorados y mujeres perseguidas.
https://ellasdirigen.wordpress.com/2021/09/13/shorts-mexico-muestra-mexicana/
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